ARTEMISA
La Señora de los Bosques
Hija de Zeus (padre del Olimpo) y Leto... Hermana gemela de Apolo (Dios del sol), Artemisa es una de las divinidades más antiguas del panteón Griego y representa la energía de tierra fértil, la fuerza de carácter, la inteligencia, la creatividad, la audacia. En la Mitología Griega es considerada la deidad regente de las brujas jóvenes. Es la divinidad protectora de las bestias, de los espacios vírgenes que aún no han sido alterados por el hombre, es la diosa salvaje de bosques y montañas.
A la gran Diosa Artemisa también se le atribuye la personificación de la Luna en su aspecto de doncella (luna creciente), diosa de las Constelaciones, Señora de las Fieras, Nodriza universal de todos los seres animales, Madre de las Ninfas, Diosa de la Música y el Viento, Oráculo Viviente.
Bruja siempre joven de una belleza fascinante. Vestida de Luz, ataviada con atuendos exuberantes de chiffon ondeante, cuyos pliegues se recogen por debajo de su pecho, entrelazado con una hiedra; de cabellera rojiza como la sangre.
Coronada con los cuernos del ciervo, en representación y respeto por sus animales consagrados. Artemisa nos enseña la verdadera comunión entre lo natural y nuestra esencia. Nos invita a mantener un perfecto equilibrio y una total sincronía entre nosotros y todo lo que nos rodea.
En nuestro Coven, honramos a la Madre Artemisa, como una gran Maestra Espiritual, que nos otorga sabiduría, conexión mágica con la naturaleza, y manejo armónico de los elementos. Está siempre presente en nuestras Ceremonias y Retiros Espirituales, y la tenemos siempre muy presente en nuestros Rezos e Invocaciones.
RITUAL DE CONEXIÓN CON ARTEMISA
Para atraer los atributos de la Gran Madre
Elementos:
7 Velas verdes
Aceite esencial de artemisa o ruda.
7 cuarzos verdes (de cualquier tamaño)
1 cuenco para quemar
Carboncillo
Hierbas de menta, eucalipto, hojas de Artemisa, ruda y salvia.
El Ritual debe ser hecho preferiblemente en Luna Creciente y por la noche.
Busca un lugar lo más natural y aislado posible, donde puedas mantenerte tranquilo y relajado, (puede ser un bosque, una montaña, una playa o un médano); cualquier sitio natural que tengas a tu alcance.
Vístete con ropa cómoda sin calzado.
Unge las velas y los cuarzos con el aceite esencial de forma suave y ritualista, luego, colócalos intercalados formando un círculo, a favor de las manecillas del reloj, colocándote en el centro del mismo, con el cuenco para quemar, el carboncillo y las hierbas frente a ti.
Cierra tus ojos y toma 7 respiraciones largas y profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca; a medida que vas respirando, empiezas a sentir como tu cuerpo se relaja y entra en perfecta armonía con el espacio que te rodea.
Bajo tus pies el poder de la tierra, te va cargando de su energía, de su vibración, siente, como la tierra te sostiene de la forma más amorosa y te hace tomar conciencia que eres parte de ella.
Mira al cielo infinito que está sobre ti; respíralo y siente como te inspira, como te eleva y te lleva a un espacio sagrado sin límites. Mirando al cielo, recuerda el origen de tu espíritu, de tu alma, de tu esencia y la divinidad de tu ser…
Siente la vibración universal que te rodea, sincronizándote poco a poco y tu energía danza entre el cielo y la tierra sin restricciones.
Ahora siéntate en el mismo lugar y enciende la 7 velas del círculo en la misma dirección que las colocaste, (comenzando por la que tienes al frente), respira suave y profundo, disponte a encender el carboncillo dentro del cuenco, luego coloca una a una las hierbas, sintiendo como todo el aire se va impregnando de su exquisito perfume, como ofrenda perfecta a la Diosa.
Invocación:
Amada madre Artemisa, hoy te invoco desde el centro de este círculo, conjurado y consagrado por los 4 vientos, que soplan desde el Norte , desde el Este , desde el Sur y desde el Oeste, protegido por todo tu séquito sagrado de ninfas, para que vengas, vengas, vengas… y despiertes en mí la Sabiduría del antiguo Espíritu, la inspiración divina, el entendimiento del milagro de la creación, te llamo a ti, Oh Madre!, para que seas mi guía en el camino hacia la luz y la vida… Mi amada Diosa de la Luna, escucha mis rezos, enséñame tus antiguos secretos y misterios, bríndame tu sabiduría, bendíceme y recíbeme como tu hija(o)...
Respira profundo y queda allí por algún instante y siente como tu cuerpo se impregna de esa energía palpitante, que te llena de paz, de fuerza… Es el beso de la Diosa en tu corazón……..respiras nuevamente y le das las Gracias a la Diosa por todo el conocimiento adquirido.
Para culminar este mágico ritual apaga las velas comenzando por la primera que encendiste y en sentido contrario de las agujas del reloj. Recoges las 7 velas (o lo que queda de ellas) y los 7 cuarzos (en el mismo sentido que las apagaste). En un trozo de tela verde guardas todo y luego lo ofrendas a la tierra, cavando un pequeño hoyo al pie de un árbol frondoso y enterrando todo.
Todo ritual debe ser hecho en amor, entrega y devoción!
Por: Crisha Noim